EL FUNCIONAMIENTO DE LA FOTOCOPIADORA


En la actualidad es común encontrarnos en  bibliotecas, oficinas, papelerías, etc., una fotocopiadora utilizada para duplicar documentos y toda clase de materiales  impresos. Este dispositivo tan conocido funciona utilizando los principios básicos de la electrostática. La idea básica que subyace en el procedimiento de xerografía fue desarrollada por Chester Carlson, quien obtuvo la patente en 1940. Xerox Corporation desarrolló las primeras fotocopiadoras en 1947, las cuales día con día han sido mejoradas con el fin de proporcionar una mejor calidad de impresión y capacidad.
Un fotoconductor es un material que es mal conductor en la oscuridad pero cuando se ilumina se convierte en un buen conductor. En una fotocopiadora se cuenta con una placa o tambor que se cubre con una película delgada de material fotoconductor (usualmente selenio o algún compuesto de éste) y se le da una carga positiva en la oscuridad. Posteriormente, se proyecta la página que va a ser copiada sobre la superficie cargada. La superficie fotoconductora sólo se vuelve conductora en las zonas donde recibió la luz. En estas zonas, la luz induce el movimiento portadores de carga negativa en el fotoconductor, los cuales neutralizan la superficie cargada positivamente. Sin embargo, las cargas permanecen sobre aquellas zonas del fotoconductor que no se expusieron a la luz, dejando una imagen (no visible) del objeto en la forma de una distribución superficial de carga positiva.



Enseguida, un polvo cargado negativamente llamado tóner, se espolvorea sobre la superficie fotoconductora. El polvo cargado se adhiere sólo en aquellas zonas de la superficie que contienen la imagen cargada positivamente. En este momento la imagen se vuelve visible. Después, la imagen se transfiere a la superficie de una hoja de papel cargado positivamente. Por último, el tóner se fija a la superficie del papel a través de la aplicación de calor. Esto da lugar a una copia permanente del original.

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